domingo, 23 de diciembre de 2018

¿Es ético comprar en Amazon?

amazon

Amazon tiene cuatro empresas en España que se estima que facturan 4.200 millones de euros, de los que solo declararon al fisco español 289 en 2017 y por los que pagaron 4 millones en impuesto de sociedades (un diminuto 1,4%).

El desembolso de los consumidores españoles en Amazon puede beneficiar su bolsillo, pero no revierte ni en trabajos de calidad, ni en impuestos que puedan financiar servicios públicos.

El comercio tradicional, grande y pequeño, tiene dificultades para competir con una multinacional que puede movilizar en muy poco tiempo cadenas logísticas globales a precios muy bajos. Amazon es sobre todo una tienda de tiendas, y así distribuye gastos y riesgos.

Hay empleados que han relatado jornadas extenuantes, controles constantes y objetivos de productividad imposibles, a los que hay que sumar una alta temporalidad y salarios bajos que ya han motivado cuatro huelgas en el almacén más antiguo de la empresa en España, en San Fernando de Henares (Madrid). 

Recoge información sobre todas las interacciones de los clientes con su plataforma (y con Internet en general a través de las cookies). Su omnipresencia hace que sea un actor excepcionalmente destacado en el mercado de datos. La información que obtiene le permite deducir gustos y necesidades, capacidad adquisitiva, residencia y datos bancarios, que luego cruza con otras bases de datos para vender ese perfil lo más caro posible a los anunciantes. Como Facebook o Google, Amazon es una agencia de publicidad. La tercera mayor del mundo, y probablemente la más diversificada, puesto que, aparte de negocios online, es propietaria de empresas de hardware, portales de ocio y supermercados que permiten ofrecer perfiles más completos y, por lo tanto, lucrativos. Se dice que cuando algo es gratis, el producto somos nosotros. Con Amazon, el consumidor paga y además su rastro de datos es revendido como producto.

Habrá que pensar antes de dar de nuevo a ese clic.

Fonte: ElPaís