miércoles, 25 de septiembre de 2013

Objetivo: el máximo beneficio. Fabricar el iPhone 5S cuesta seis veces menos que su precio




Pese a la competencia, Apple apuesta por mantener su margen de beneficio por cada aparato que venda.
La estrategia tradicional de la compañía es: el beneficio sobre todas las cosas. Los cacareados iPhone baratos para mercados emergentes no son tales y, a pesar de la pérdida de cuota respecto a Samsung, Apple elige la ganancia a convertirse en una marca de masas. Así lo demuestra el control de costes de sus nuevos iPhone 5S y C y los precios a los que se han puesto a la venta.
El iPhone 5C más económico, el de 16 gigas, cuesta fabricarlo y ensamblarlo 120 euros cuando su precio de venta al público en Francia (y se supone que en España también) asciende a 599 euros, es decir 4,6 veces más que su coste. En el caso del modelo de 32 gigas, el coste es de 135 euros y su precio sube a 699 euros (5,1 veces).
Estos grandes márgenes con los nuevos smartphones contrastan con los de la tableta iPad Mini, el producto que menos beneficios deja con cada venta. Su coste de producción es de 140 euros y se vende por 329, solo 2,35 veces más. Esta reducción de márgenes por el bajo precio, tampoco le ha valido para frenar el auge de las tabletas de la competencia, que ya suman más, especialmente con los modelos Galaxy de Samsung, las Nexus de Gogle y las Kindle de Amazon.
Apple puso el iPad Mini con un sacrificado 329 euros, pero la Nexus 7 cuesta 100 euros menos con muy similares capacidades y la de Amazon aún es más barata, 199 euros. Con la estrategia del iPad Mini, Apple se quedó a medio camino. Redujo sus beneficios y no paró la competencia. Lección aprendida.

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