domingo, 20 de diciembre de 2020

La batalla por el agua ahora se libra en Wall Street



Esta parece ser la disyuntiva que se abre ante la inclusión del agua, ese bien tan preciado —solo el 2,5% del planeta es agua dulce—, como nueva commodity (productos o bienes básicos) en el mercado de futuros, como el oro o el trigo. El agua se someterá desde ahora a una gestión regida por la lógica del mercado que para muchos es invitación a la especulación y para otros, la única garantía de preservación cuando escasea.

El líquido elemento comenzó a cotizar la semana pasada en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street debido a su escasez. Dicho indicador se basa en los precios de los futuros del agua en el Estado de California (oeste de EE UU), que el día 7 cotizaba a unos 40 centavos, casi medio dólar, por metro cúbico, una cantidad desorbitada en comparación con los dos céntimos de euro que pagan los regantes del valle del Ebro.

El país norteamericano es el segundo consumidor mundial tras China; el crecimiento demográfico y el desarrollo económico acelerado explican también su escasez y su carestía.

“Con cerca de dos tercios de la población mundial expuesta a escasez de agua en 2025, su falta representa un riesgo creciente para empresas y comunidades alrededor del mundo. De hecho, el 75% del agua que se consume hoy en California, el Estado que más agua consume del país, se usa para irrigar los nueve millones de acres de cosechas existentes. El porcentaje es similar al de España.

Inquietud en organizaciones medioambientales

Si uno de los objetivos del mercado de futuros es minimizar en lo posible la volatilidad de materias primas expuestas a imponderables (una sequía, un incendio o cualquier catástrofe natural), y amarrar su precio a unos límites previsibles, el del agua se prevé que pueda contribuir a reducir los conflictos derivados de su distribución, pues supuestamente se habrá pactado un precio antes de cualquier contingencia negativa que pudiera encarecerla, de la sobreexplotación industrial o agrícola a cualquier incidencia climática.

Pero poner el acento en su escasez inquieta a organizaciones medioambientales. “La actividad de los hedge funds [fondos de alto riesgo] que apuestan por la escasez del agua es peligrosa. La especulación no tiene cabida en la gestión responsable del agua, un derecho humano básico y un recurso natural fundamental que debe ser un bien público para todos.

Es importante no confundir valor y precio: no vale lo mismo el mínimo necesario para vivir con dignidad que la usada para llenar una piscina. El agua no puede considerarse una simple mercancía. Si fruto de maniobras especulativas subiera de forma desmedida el petróleo y tuviéramos dificultades para llenar el depósito, sería un problema, pero podremos desplazarnos a pie o en transporte público; pero si nos falta el agua, simplemente no podremos vivir. Por eso el petróleo no es un derecho humano y el agua sí. Lo importante del agua no es su materialidad, H₂O, sino para qué la usamos”.

La grave crisis alimentaria global de 2008, tras constituirse los mercados de futuros de productos alimentarios en un refugio seguro a raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera, es un precedente a tener en cuenta en el caso del agua. “Se estima que los grandes bancos invirtieron unos 320.000 millones de dólares en tiempo récord en estos mercados, alimentando un desmedido crecimiento de precios, El trigo quintuplicó en pocos meses su precio. En apenas tres años el precio medio de la alimentación en el mundo se incrementó de media un 80% y del orden de 250 millones de personas engrosaron las filas del hambre. ¿Podría pasar ahora con el agua? 

Fonte: ElPaís

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