El elevado paro y las menores horas trabajadas explican parte del fenómeno. A los jóvenes, les perjudica el funcionamiento del mercado laboral y el encarecimiento del alquiler.
Para las empresas es más fácil despedir al temporal y joven antes que abordar un ajuste de salarios, que suele afectar más al indefinido con más experiencia, más años y mayor sueldo.
El desajuste entre las habilidades que tienen los parados y lo que pide el mercado de trabajo, empeorado por el paro de larga duración, se concentra en grupos de baja formación, dañando su empleabilidad.
Otro factor, entre los jóvenes, hay una temporalidad (contratos temporales) del 70%.
Y un último dato, se observa un incremento del tiempo parcial que afecta a jóvenes y menos formados.
Fuente: ElPaís
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